Es un... un...

Sentado como de costumbre mirando las páginas que generalmente veo cotidianamente siento que alguien empuja lentamente mi puerta como queriendo ser lo mas sigiloso posible, aun así me di cuenta, era mi hermana menor quien asomó su cabeza para ver que estaba haciendo, cuando se percató de que la había visto, ella muy astuta, abandonó todo su plan de mini-espía.
Se puso a mi lado para ver que era lo que hacia, yo como era de costumbre estaba con el mal humor de casi todas las mañanas.

"Hola" me dijo con una sonrisa de oreja a oreja y una ternura que hasta el mas asqueroso podría generale la ternura que me hizo sentir. Le devolví el saludo pero no con la misma intensidad que ella me lo hizo, se dio cuenta de mi humor y se quedo parada admirando como movía el mouse de mi pc de un lado para el otro. Yo mirándola de reojo podía ver que quería hacer algo pero... como que no se animaba ha hacerlo, yo ya restandole importancia a lo que ella trataba de hacer. Luego de unos largos intentos fallidos de mi pequeña hermana volví a lo mio y cuando menos me di cuenta ella puso su mano en mi cara, para ser mas preciso abajo de mi ojo, "¡salí!" le dije "esperá un poco, tenes una cosa..."; "qué tengo Anita?" saco su mano de mi cara y mirando su dedo pulgar levantó su cabeza y me dijo "Es un... un deseo". La verdad yo no podía entender como era que me había sacado un deseo jaja, claro era una pestaña que se había caído.

Agarro mi dedo pulgar y luego el suyo cosa que quedaran juntos y la pestaña de por medio "Pedí un deseo..." me dijo con una sonrisa, pensé un deseo con los ojos cerrados "ya está?" en lo que asistí con mi cabeza. Pude notar como ella hizo trampas para que fuera yo quien me llevara el deseo.

La verdad, me alegró la mañana.

Demodé.